miércoles, 8 de noviembre de 2017

The Beat Generation - 1959


Director: Charles F. Haas

Maldito Christopher Nolan que se retracta de sus críticas contra Netflix, pide disculpas como un maldito pelele y ahora hasta dice que lo que hacen es extraordinario y cuanta cosa más. Ya no se puede confiar en la palabra de nadie. Que se vaya al demonio y que se meta sus disculpas y sus elogios por el donde mejor le quepa. De paso podría anunciar que su próxima película la va a rodar con la cámara de un iPhone o algo así y que la estrenará directamente en celulares. Servicio extraordinario mis pelotas.


La única razón que me motivó a ver "The Beat Generation" es, oh là là, Mamie Van Doren. ¿Recobraron el aliento? Perfecto, continuemos entonces. ¿Me interesaba "The Beat Generation" como tal? No realmente, pero lucía interesante a todas luces. En todo caso, no es precisamente una película serie B de escasos recursos, medios e influencias: produce Albert Zugsmith, productor de "Touch of Evil", de Orson Welles, "Written on the Wind" y "The Tarnished Angels", ambas de Douglas Sirk, "Female on the Beach", un noir con Joan Crawford y Jeff Chandler, y varias películas de Jack Arnold, como por ejemplo "The Incredible Shrinking Man", "Man in the Shadow", un western que se ve la mar de interesante, y "High School Confidential", un noir en entorno escolar sobre la rebelde juventud (eso imagino) protagonizado por, miren ustedes, Mamie Van Doren, actriz fetiche del director de ésta, que repite con ella en "Star in the Dust", "Girls Town" y "The Big Operator", en donde comparte cartel con Mickey Rooney, otro que trabajó de cerca con ella en "The Private Lives of Adam and Eve", la cual, para cerrar el círculo, es la opera prima de Zugsmith, cuyos dos largometrajes siguientes, "College Confidential" y "Sex Kittens Go to College", también cuentan con la exuberante presencia de Mamie Van Doren, quien tiene una estrella en el famoso Paseo de la Fama de Hollywood y la publicación de una autobiografía que dio que hablar allá por 1987. Me pregunto qué clase de cosas habrá revelado. Por si fuera poco, "The Beat Generation" está escrita por Richard Matheson. El único Richard Matheson, por supuesto. Bueno, bueno, quizás no estemos ante una película de primera línea, pero oye, no es que se haya echo con las sobras de otras producciones, si hasta está rodada en CinemaScope y eso no lo hace cualquiera, ¿o sí?
Como sea, independiente de Mamie Van Doren, lo único que esperaba de "The Beat Generation" era que fuera una película cool, con estilo, una suerte de cine negro atípico y mala leche. Por lo demás, el retrato de los beatniks es muy circunstancial, como un simple decorado, no precisamente el tratamiento ácido y frontal que uno esperaría. Lo único que se saca en limpio es que los beatniks son un montón de idiotas y que algunos de ellos son capaces de cometer cualquier atrocidad sólo por la emoción del momento: for the kick. Y esto nos conduce a la trama: un joven intelectual viola mujeres casadas aprovechando que éstas se encuentran solas en sus casas. El detective encargado del caso es un misógino casado con un bombón que piensa que las víctimas se inventan lo de la violación. El asunto se vuelve personal cuando la esposa del detective sea violada por el intelectual. Eventualmente el detective tendrá la oportunidad de atrapar al violador, para lo cual Mamie Van Doren será pieza clave (ella no es la esposa, por si acaso).
Más allá de la puesta en escena, apenas efectiva (pero bastante impersonal), y un relato apenas correcto, previsible en su devenir y un tanto torpe (por no decir inverosímil) en algunos puntos del argumento, llama la atención que "The Beat Generation" pretenda reflexionar sobre temas tan candentes como la misoginia, la violencia de género e incluso el aborto. Y yo no sé si estamos ante una película atrevida o lisa y llanamente conservadora, rancia y reaccionaria. Por la parte de la misoginia y la violencia de género parece, sólo parece, que no hay tanto problema, pues, aparte del violador y el detective misógino, prácticamente todos los personajes son todo lo contrario a esos dos: no dudan de los testimonios de las víctimas, no sugieren que ellas tengan algo de culpa, etc.: básicamente se nos dice lo obvio: que no hay que ser bastardos misóginos y que la misoginia se hace presente de formas más sutiles que la violencia más salvaje y primitiva. Eso sí, llama la atención que Mamie Van Doren interprete a la mujer atraída por los sujetos violentos, como dándole la razón al detective, convencido de que alguna mujer acabará por "acudir" al violador, lo que el muy desgraciado aprovecharía para arrestarlo y, de paso, fustigar a la señora en cuestión, ya saben, "por puta". Entonces... ¿el guión dice una cosa u otra? En fin... Mis reales dudas vienen por el asunto del aborto: la esposa del detective queda embarazada, presumiblemente por el violador aunque ella no lo tiene tan claro, no obstante igual quiere abortar. Él no quiere que lo haga, por supuesto. Nadie la apoya, el tiempo se le viene encima y lo peor viene cuando su amiga católica la intenta convencer de que no lo haga, para lo cual le arregla una reunión con un cura. Imaginen los bellos argumentos que expone el curita. Al final ella decide tener al bebé y quedárselo, criarlo ella, y bueno, si es decisión suya todo está bien, pero vamos... está claro que el guión está orquestado para que la decisión de la esposa del detective (quien al final olvida todo el asco que le causaba su mujer violada por otro, gracias al angelito que sostiene entre sus brazos) sea en verdad una sucia forma de meternos por la garganta este dogmático discurso pro-vida. Y todos vivieron felices para siempre porque cumplieron el bonito rol que la sociedad les conmina a cumplir. ¡No hay como el sueño estadounidense!
Y yo que pensaba ver una película cool, con estilo, con onda y mala leche, con actitud y cierta saludable dosis de soberbia. Eso te hacía pensar la introducción, con Louis Armstrong nada menos. Al menos aparece Mamie Van Doren, cura para ojos amargos y tristes como los míos. Pero, demonios, qué película tan banal, conservadora y merecidamente olvidable.

...no me alargué mucho esta vez ¿o sí?...
                                                                                 ...un poquito quizás...
...¿qué, ahora haré un pequeño comentario acá abajo, como una especie de firma y/o marca personal? no estaría mal, ¿eh?...

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