lunes, 13 de noviembre de 2017

Atomic Blonde - 2017


Director: David Leitch

Uf, Gianluigi Buffon se quedó sin Mundial... Una lástima, pienso yo. Pero bueno, la vida sigue y de todas formas se puede retirar habiendo sido campeón. ¿Ibrahimovic sigue jugando por Suecia o se retiró de su selección? Bah, tampoco importa mucho dado que acá hablo de películas. Bueno, bueno... "John Wick" fue... ¿fue una sorpresa? El caso es que gustó a mucha gente, yo incluido, y sus dos directores tomaron rumbos distintos (no les iba a ser difícil, con el éxito que cosecharon). Chad Sta... no recuerdo su apellido, se encargó de la secuela de "John Wick" (que tiene tercera parte anunciada), mientras que David Leitch acudió al llamado de Charlize Theron, protagonista, productora y principal impulsora del proyecto, para que dirigiera la adaptación de The Coldest City, novela gráfica escrita por Antony Johnston e ilustrada por Sam Hart. Y acá estamos con "Atomic Blonde".


Aunque "Atomic Blonde" pueda ser considerada una "John Wick" en versión femenina, es decir una película de acción altamente estilizada, aceptablemente violenta y visualmente deslumbrante pero con heroína de acción en vez de héroe, lo cierto es que sería injusto hacer una comparación tan apresurada. No es que ambas sean propuestas profundamente diferentes, pero cada una responde a un tipo distinto de narración. "John Wick", la primera al menos, es una historia de venganza. Por su parte, "Atomic Blonde" es una historia de espionaje... espionaje que no busca la espectacularidad o el glamour de James Bond ni tampoco reflexiona sobre el dilema moral y social de los espías (o del tiempo y el lugar al que pertenecen: sus circunstancias) como sucede en la serie "The Americans", sino que más bien elige centrarse en una intrincada intriga resuelta y desenmarañada a puñetazo limpio, que además aprovecha los elementos del contexto elegido para darle sabor a un entramado que no deja de ser, a grandes rasgos, esquemático (secretos, mentiras, verdades a medias, traiciones, máscaras e identidades dobles o triples).
La acción nos sitúa en Berlin, poco antes de la caída del muro. Un espía británico es asesinado por un ruso de la KGB. Diez días después, en Londres, una Charlize Theron llena de moretones, también espía británica, es interrogada por sus superiores para aclarar todo lo que ocurrió en los días previos. Comienza el relato de Theron, el racconto, y retrocedemos hasta el momento en que nuestra protagonista acude al llamado de sus jefes, quienes quieren que vaya a Berlín a, primero, investigar la muerte del británico asesinado, y segundo, averiguar dónde demonios se encuentra la lista que el fiambre transportaba al momento del deceso (una lista con las identidades de todos los agentes secretos del mundo, una lista que otorga inconmensurable poder a quien la posea). Como pueden imaginar, es una historia llena de costalazos, combos y PLR's, así como de, bueno, traiciones, máscaras y... claro, identidades dobles o triples: nadie sabe para quién trabaja, etcétera. No hay que devanarse la sesera ni romperse el coco intentando entender cada cosa del argumento, sólo hay que dejarse llevar por este torrente de acción impecablemente rodada (incluso hay un plano secuencia de aproximadamente diez minutos que incluye ascensores, escaleras, carreras en auto y muchos, muchos disparos y fracturas). Por lo demás, para qué estamos con cosas: a estas alturas del partido no hay que ser ningún maldito genio con doctorado en conspiraciones internacionales para saber que la CIA siempre tiene la culpa y siempre está detrás de cualquier negocio sucio y turbio. Es necesario agregar que, a diferencia de "John Wick", la realización de "Atomic Blonde" es menos, digamos, seria, solemne, "trágica"; al contrario, es un caramelo autoconsciente cuya ejecución formal es puramente estética, nada de redenciones ni cosas por el estilo: "Atomic Blonde" es puro pop. Y, además de Charlize Theron, cuenta con la participación de James McAvoy, John Goodman haciendo de John Goodman otra vez (aunque no me voy a quejar: el tipo tiene carisma), un Bill Skarsgard que no se ve tan alto como en realidad es (le saca entre 15 y 20 cm al resto del reparto con el que interactúa), y varios más que se dejan ver bastante bien.
Habiendo dicho esto, finalicemos con lo que importa: "Atomic Blonde" es un entretenimiento de calidad que sirve para dejarse llevar por casi dos horas y que destaca del resto por una realización tan pulcra e impecable como "sucia" y "cruda", eufemismos para decir que es más violenta e insolente (tampoco nos vamos a escandalizar, pero algo es algo) que el resto de impersonales, someros y planos productos hechos por los grandes estudios de Hollywood. Disfruten y no se confundan, que la trama no es tan difícil como quiere aparentar.
¡Oh!, casi lo olvido: acá tienen varios minutos de "detrás de cámara".

...demonios, ayer olvidé escribir esta pequeña línea... me la robó maradona, de seguro, como él es bueno para las líneas... o rayas...

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