lunes, 28 de agosto de 2017

Ms .45 - 1981


Director: Abel Ferrara

"Ms .45" es la segunda película dirigida por Abel Ferrara. Vamos a paso firme con esta filmografía, ¿eh? Cuidado, cuidado...


"Ms .45" es un potente y furioso exploitation contra el machismo, pero también ahonda clara e ineludiblemente en cómo la misma violencia "reivindicatoria" acaba por torcer las intenciones más, en el fondo, nobles y necesarias, para convertirlas en simple y gratuita carnicería. Todo comienza cuando nuestra protagonista, una costurera muda que trabaja para un modisto de Manhattan, es violada a plena luz del día en un callejón para luego llegar a casa y ser violada, de nuevo, por otro sujeto que rato antes había entrado a su departamento a robar cosas. En el segundo abuso alcanza a defenderse y matar al agresor, en un incontestable acto de legítima defensa y no tanto de ejecución, como hará después. Este acontecimiento hará que la protagonista esté cien veces más alerta y con sus cinco sentidos al máximo de sus capacidades. Dicho estado le hará ver que todas aquellas situaciones que antes claramente notaba (imposible que las pasara por alto siendo mujer), como por ejemplo ir caminando por la calle y que decenas de sujetos la "piropeen", dejen de ser algo propio de la cotidianidad a lo que debe acostumbrarse y pasen a ser lo que son: actos de violencia sustentados en su condición de mujer. En este punto la protagonista dice "no más". Ferrara pone especial y aguda atención tanto a este generalizado ambiente de machismo (en las calles, en el trabajo, etc.) como a la certera construcción psicológica de la protagonista, la cual es sencilla pero no deja de ser potente el tránsito que emprende desde la indefensión y la vulnerabilidad y el miedo a la furia y el empoderamiento. Así, las balas comienzan a caer sobre los acosadores callejeros, los cazadores de la noche que en manada atacan a sus arrinconadas víctimas o sujetos que buscan tomar ventaja de sus situaciones de poder, todo lo cual, si bien no deja de ser violencia, también constituye una metáfora que señala que estos problemas deben ser enfrentados frontalmente y que por supuesto las mujeres deben llevar la batuta, porque si no quién. Pero una vez que la seguidilla de asesinatos toma forma, Ferrara explora, tal como apunté vagamente al inicio, en cómo la violencia se transforma en un callejón sin salida, un abismo que consume todo lo bueno que el ser humano puede albergar en su interior y una pesadilla en sí misma, esto último brutal y explícitamente reflejado en el pesadillesco tramo final (específicamente, la escena de la masacre en la fiesta), el cual nos muestra a una joven, inicialmente tímida y amable, convertida en un monstruo que asesina azarosamente no por principios sino que por odio puro. Y no puedo dejar de remarcar lo de pesadillesco, pues Ferrara ejecuta dicha secuencia de manera deslumbrante e impactante, el punto cúlmine de una película dirigida con actitud y con sesos y con cierta cruda elegancia estética.
Y bueno, la pesadilla también la vive la protagonista cuando recién se está sacudiendo el impacto de dos violaciones seguidas. La pesadilla siempre está ahí dando vueltas. Ferrara dice: hay que despertar. Ferrara dice: hay que acabar con la pesadilla de una buena vez. Yo digo: gran película, "Ms .45". Yo digo: gran película, señor Ferrara.

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