jueves, 6 de julio de 2017

The Twilight Zone (1959) - Temporada 1 (I)


Creador: Rod Serling

Es imposible no conocer, a estas alturas, "La dimensión desconocida". Siempre oía conversaciones en donde la gente se ponía a recordar los episodios que más los impresionaban, así que me entró la curiosidad y recién hace un par de días me puse a ver esta serie creada por Rod Serling. Como la primera temporada consta de 36 episodios, y para que las entradas no me queden tan largas ni pesadas, vamos a dividir esta temporada en nueve entradas de cuatro episodios cada una (al principio barajé la idea de hacer seis de seis, pero aún así era mucho)... para algo que me sirvan las matemáticas, ¿no? A todo esto, habría comentado el último western que me quedaba, pero hoy me dio un intenso dolor de cabeza y no pude ver nada, por lo que decidí que era mejor hacer esta entrada. Adelante estudio.

Where is everybody?


Director: Robert Stevens

El primer episodio de la serie, escrito por Serling (también guionista de los otros tres episodios que siguen), no es muy impresionante que digamos. Todo comienza con un hombre caminando por una carretera y entrando a un restaurante vacío, lo cual lo deja extrañado y desconcertado, sensaciones que aumentan cuando camina por las calles del pueblo y ve que todo está completamente vacío, sin gente. En este punto (bueno, incluso por la escena del restaurante) uno ya se imagina el giro argumental que nos tienen preparados, pero lo interesante no es el giro en sí mismo como el contexto de éste (y el futuro que se le avecina), mucho más sencillo de lo que uno pensaba, menos truculento y artificioso de lo que parecía sugerir en un momento, aunque, paradójicamente, más inmenso de lo imaginado. Si quieren saberlo, y ojo, que este es terreno de ¡¡¡spoilers!!! (¡oh por dios santo madre mía de mi corazón!), la caminata errante del protagonista en este pueblo fantasma es, en efecto, una alucinación creada por la mente, pero lo interesante del caso es que ésta no se produce porque algún malvado científico esté experimentando con los límites de la realidad y el poder de la mente humana (que alcanza cotas delirantes en "Altered States", de Ken Russell); al contrario, el protagonista es un astronauta sometido a una prueba de aislamiento (como preparación para cuando se encuentre en un pequeño compartimento perdido en el espacio exterior... solo y consigo mismo), la cual se extendió durante tanto tiempo que la mente del pobre hombre comenzó solita a inventarse esta realidad tan solitaria como el destino que le espera. Y la conclusión del episodio es aún mejor: al astronauta le dicen, o él se dice a sí mismo, "la otra no será una simulación, será real", y la cámara apunta hacia las estrellas...
"Where is everybody?" es un episodio interesante en su concepto pero no tanto en su desarrollo, aunque se entienda y la premisa se ejecute con efectividad: una pesadilla en donde el protagonista se encuentra completamente solo y es devorado por la desesperación. Supongo que mi principal reproche es que el cuerpo principal del relato y la conclusión, fuente de toda explicación, no están realmente enlazadas a lo largo de la narración; solamente la exposición del final entrega verdadero sentido a la pesadilla vista, la cual, ya digo, se entiende (el tipo está solo, lo desespera la posibilidad de pasar la eternidad sin nadie más que él) pero no expresa por sí sola el verdadero contenido y/o significado que alberga y, por ende, mientras se ve no impresiona ni entusiasma tanto, pues tampoco brilla mucho como experiencia asfixiante (si bien se nota un logrado manejo de la inquietud). Pero como primer episodio no deja de ser una buena declaración de intenciones...

One for the Angels


Director: Robert Parrish

Con "One for the Angels" me vine a dar cuenta de algo que, en mi ignorancia, daba por hecho: "The Twilight Zone" no es una serie cuya mayor gracia sea la de ofrecer sorprendentes e inesperados giros argumentales o ingeniosas tramas de ciencia ficción o de asuntos paranormales o surrealistas. Ciertamente sus episodios descansan en el componente, digamos, fantástico, pero ello no significa que las historias traten sobre criaturas extrañas o realidades paralelas o qué sé yo; a veces, la fantasía es la única manera de ofrecernos, como en el presente caso, una bella y modesta historia de humanismo. Todo comienza cuando a un vendedor de juguetes lo visita la Muerte (en forma de un señor vestido formalmente) para avisarle que le quedan unas cuantas horas de vida. El vendedor, que nunca ha sido muy exitoso que digamos, logra crearse una salida, la cual, por desgracia, traerá terribles consecuencias para otra persona, una persona inocente, y el vendedor, para evitar tan injusto intercambio, hará lo posible para que el destino vuelva a la dirección que él mismo desvió. Todo lo que dije al inicio, eso de que las historias de esta serie no tienen que tener necesariamente grandes giros o que los argumentos rimbombantes no son realmente lo esencial, implica también que, por ejemplo en este episodio, los spoilers no existen: acá lo verdaderamente importante y conmovedor es la bondad del protagonista, ver los esfuerzos que hace para enmendar su error, sin mencionar la bonita ironía en que él mismo se atrapa: al señor Muerte le dijo que no quería morir aún porque, siendo un fracasado de toda la vida, deseaba, por lo menos, llevar a cabo una venta exitosa (claramente un truco para engañarlo: la dichosa venta podría tomar décadas), argumento que convenció al emisario del más allá, que salva al hombre pero, en su lugar, decide llevarse a una pequeña niña del vecindario, ante lo cual, quizás, el vendedor deba acometer la mejor venta de su vida: su propia muerte, para salvar a la niña injustamente elegida. ¿No les parece precioso?
Me ha recordado a "El edificio", un cómic escrito y dibujado por el gran Will Eisner (el creador de "The Spirit"), en el que el autor reflexiona sobre la vida o el alma de los edificios, cargados de experiencias y vivencias y recuerdos humanos, y de como personas comunes y corrientes, en vida o en muerte, pueden lograr los más grandes milagros. Pienso que el vendedor de "One for the Angels" podría perfectamente ser un personaje de Eisner, por lo insignificante que es para la sociedad, pero por lo importante que es para un grupo de niños.
Maravilloso episodio.

Mr. Denton on Doomsday


Director: Allen Reisner

"Mr. Denton on Doomsday" es un solvente y bienintencionado relato pacifista en el que un borracho atormentado por su pasado violento y constantemente humillado por los matones del pueblo, por obra y gracia de un vendedor con productos capaces de lograr lo imposible, recupera, muy a su pesar, un don que atraerá a un montón de hombres decididos a probar su valía y su valentía, su rápido desenfunde, aunque quizás este giro del destino le depare lo que tanto desea. No diré que me ha encantando ni nada por el estilo, pero es un episodio que se puede ver sin mayores problemas y que destaca por los intentos de su director por lograr una trágica atmósfera de lirismo y fatalismo. No obstante, a pesar de su poco audaz puesta en escena, es una buena historia y, como es de esperar, no deja indiferente; al contrario, abre una puerta, por muy pequeña que sea, dentro del espectador: lo invita a pensar y reflexionar. Quizás ese sea su mayor logro.

The Sixteen-Millimeter Shrine


Director: Mitchell Leisen

Una genial Ida Lupino interpreta a una vieja y olvidada gloria del cine de los años treinta, a una estrella ya extinguida y opacada por otras más brillantes y jóvenes (acá hay una clara y fiera crítica al sistema hollywoodense, mejor expresada en cinco minutos que en toda la primera temporada de "Feud"), que no sólo vive obsesionada con sus años dorados, con sus mejores papeles, sino que también se niega a aceptar que esos tiempos ya han pasado. Pero la magia del cine es, nunca mejor dicho, que puede ser el refugio de aquellos que no pertenecen al mundo que los rodea, de aquellos aburridos y decepcionados con la realidad, de aquellos que desean vivir grandes aventuras o qué sé yo.
Si bien al final llega el breve pero potente, fascinante y elocuente giro hacia lo fantástico y/o lo surreal, "The Sixteen-Millimeter Shrine" es, durante gran parte de su metraje, un drama con todas sus letras, más metafórico que literal, tierno a la vez que desolador.
Brillante el tratamiento de los personajes (especial y casi exclusivamente el de Lupino, por supuesto) y del conflicto que éstos tienen. Excelente escritura de guión y aún más sugerente puesta en escena de Mitchell Leisen, que aúna elegancia e inestabilidad psicológica con total dominio y seguridad. Acá no me extenderé mucho al respecto, sólo diré lo siguiente: comparen la dolorosa escena en que una ilusionada Lupino es visitada por su antigua co-estrella con la fantasmagórica escena final, y no me digan que este episodio no es una delicia...

Y recuerden, todavía queda, y para rato, "La dimensión desconocida" por ver...

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