jueves, 13 de abril de 2017

Regarde la mer - 1997


Director: Francois Ozon

Se dieron a conocer las películas que competirán por la Palma de Oro en el Festival de Cannes de este año, y cualquiera puede ver que la selección oficial está de lujo, ninguna sorpresa por lo demás, pero siempre resulta estimulante saber qué se estará viendo en Cannes cada año. Lo que sí, me ha llegado la urgencia de ponerme al día con un numeroso grupo de cineastas, tan sólo fíjense en que Hong Sang-Soo exhibirá dos películas (una en competencia y la otra no, pero ¡son dos!), sin mencionar que en Berlín estuvo compitiendo con otra, y no sabemos si nos saldrá con otra nueva en lo que resta de año (y vaya que queda harto aún). También está el ruso de "El regreso" y "Leviathan". Y, por supuesto, el bueno de Francois Ozon, que al igual que el coreano, da la impresión que no para de hacer películas, lo cual es lisa y llanamente sensacional, pero que a menos que me ponga las pilas, aumentará el tamaño de mis deudas cinematográficas, razón por la cual (sumado a este video hecho por el amigo Jona Tiba) me he decidido de una vez por todas a completar la filmografía de Ozon, no a lo bestia, no de un tirón, porque no quiero hacer promesas que no pueda cumplir, pero sí de manera constante de aquí hasta, quién sabe, que empiece Cannes. Y comenzamos con "Regarde la mer", mediometraje de 50 minutos que, luego de gran cantidad de cortometrajes (la gran mayoría de ellos innencontrables), parece ser el primer peldaño oficial a la nutrida filmografía de este señor.


Uf, cómo definir "Regarde la mer"... cómo describir "Regarde la mer"... Lo cierto es que "Regarde la mer" no se puede definir, tampoco vale la pena describirlo, pero eso es precisamente lo magnífico de este mediometraje, pues a partir de su sencilla premisa construye y genera y provoca y sugiere y evoca multitud de sensaciones, de pensamientos, de impulsos, de historias, de deseos ocultos, de pulsiones latentes, de conflictos internos y externos, íntimos y universales, que se suceden de manera absolutamente fluida y natural, de manera profundamente verosímil y atractiva, a lo largo de sus deliciosos cincuenta minutos de metraje. Partimos viendo a una mujer y a su bebé viviendo en una tranquila y aislada casa cerca del mar, la primera sintiendo el tedio y el aburrimiento, la frustración de la repetición y la carencia de emociones fuertes, hasta que llega una sensacional y perturbadora Marina de Van (al principio me costó reconocerla porque, salta a la vista, no está tan delgada como en "Dans ma peau", que es su opera prima; acá su rostro es más redondo y no alargado, su figura es más compuesta y no tan... ¿frágil, débil?) a condimentar un poco la descafeinada y algo insípida vida de la protagonista. Este inesperado encuentro será el inicio de... bueno, compruébenlo ustedes. Sólo digo que se adelantan las constantes, los intereses y las inquietudes con que Ozon nos deleita a lo largo de sus posteriores películas, como por ejemplo el irrefrenable poder de la sexualidad sobre el comportamiento humano, el vacío de la vida burguesa, la exploración por el lado sombrío de la psiquis humana, entre otros tantos que sabría mejor de haber visto las películas de Ozon. Así, a través de una atmósfera tan sensual como intrigante y turbadora, tan delicada como áspera, vemos desarrollarse una historia sutil pero atrevida y arriesgada a la vez, una historia que es tan drama intimista como relato de suspenso, una historia de personajes misteriosos, ambiguos e inciertos que experimentan y descubren cosas nuevas, aspectos de sí mismos que no conocían, que tenían largo tiempo en abandono, etc. Personajes de carne y hueso con las emociones a flor de piel.
"Regarde la mer" dura cincuenta minutos pero perfectamente pudo haber durado media hora más, una hora más, pues si bien se desarrolla un arco argumental reconocible y bien narrado, entre que se presenta y resuelve el conflicto el mediometraje consta de estos dos personajes femeninos que nos van, que se van mostrando sus verdaderas caras, que van mostrando y satisfaciendo y enfrentando sus verdaderos seres. Con apenas unos retazos, Ozon nos ofrece un gran estudio de personajes.
Debajo de su exquisita sencillez, "Regarde la mer" contiene una complejidad deslumbrante. A lo grande, así comenzó Ozon.

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