viernes, 10 de marzo de 2017

Dark Star - 1974


Director: John Carpenter

Me parece que nunca había dicho esto, pero como ayer vi el primer episodio de la quinta temporada de "The Americans", lo digo ahora: encuentro notable y loable que la citada serie, que se ambienta en los ochenta en Estados Unidos, no recurra a una "nostalgia" barata y vacía para atraer al espectador medio; al contrario, su reconstrucción de la época va más allá de los rasgos ambientales o estéticos para ofrecer una lectura sociopolítica: la opresión, la paranoia, etc., lo cual es mucho más de lo que hacen multitud de productos recientes en los que la mentada década, aparte de ser un compendio de referencias pop (siempre las mismas, por lo demás), podría ser perfectamente intercambiable con cualquier otra dado que el argumento como tal no variaría de manera crucial. Curiosamente, la primera escena del citado episodio me ha irritado, debido a lo anterior, por usar descaradamente como gancho una canción pegajosa, y luego la secuencia que sigue también parece contravenir la sobriedad formal de la serie, con aquel estilizado uso del montaje, de la música y de la cámara, cuya pobre ejecución poco aporta a la atmósfera de la serie (que destaca por su frío y distanciado tratamiento de la violencia) al ser, realmente, un irrisorio alarde de estilo en vez de una justificada expresión discursiva. Algunos podrán decir que dicha secuencia (donde pasamos de los campos estadounidenses a los soviéticos a través de un satélite, llegando a la oficina de un oficial soviético que degusta deliciosa comida mientras las plantaciones campesinas no crecen nada de nada) es un guiño irónico al cine soviético de los veinte y los treinta, pero ya digo que no sólo basta con "imitar la forma". En cualquier caso, ahora estamos acá para hablar de "Dark Star", la ópera prima de John Carpenter.


"Dark Star" es un curioso, extraño y delirante sci-fi serie B bastante estimable y ameno pero poco logrado sobre todo a nivel narrativo. El título alude al nombre de la nave en que viajan cuatro astronautas cuya misión es destruir planetas potencialmente nocivos para la potencial colonización humana. Lo curioso, extraño y delirante de "Dark Star" es su variedad de registros e intenciones, las cuales no logran realmente conformar una entidad coherente y cohesionada en sus ochenta minutos de metraje. Y es que por un lado tenemos una interesante base de, no lo sé, ¿existencialismo irónico? que surge de esta suerte de condena en la que viven los astronautas, al estar destinados a vagar por todo el universo sin más propósito que destruir planetas y, entre medio, hacer nada salvo mirar las estrellas, descansar, fumar, pensar en la Tierra... o en otras palabras, NO cuestionar la naturaleza y los límites de su existencia. Esta parte me gusta porque la indiferencia y el nihilismo de los astronautas, que no se animan a reflexionar de estas cosas, justamente los pone frente a frente con el vacío en que están sumidos. Eso sí, hay un personaje que es más sensible al respecto y que tiene una interesante conversación sobre ello con otro miembro de la tripulación, pero a grandes rasgos Carpenter y Dan O'Bannon (guionistas de la película) juegan con el hastío y el aburrimiento de estos astronautas a los que ya nada les impresiona, como si el futuro y la alta tecnología les hubiese arrebatado su humanidad. Sin embargo, por otro lado "Dark Star" es más bien una comedia de equívocos y hechos desafortunados en donde, entre otras cosas, como las hilarantes averías que la tripulación debe sortear, se enfrentan la mecánica efectividad (¿?) de la alta tecnología con la ambigua y compleja filosofía humana, ofreciendo una ácida mirada al real aporte que estas máquinas pueden significar (si es que no son más que un peldaño a la perdición), o si no miren la interesante discusión entre el capitán de la flota y una bomba con consciencia. Innegablemente "Dark Star" es una película ingeniosa y con gracia, pero no halla el punto medio entre su fondo y su forma, entre, respectivamente, su desenfadado humor negro sobre los equívocos tecnológicos y la austera ejecución deadpan como reflejo del sinsentido y aburrimiento existencial; por lo demás, el relato sufre uno que otro altibajo, siendo el más notorio todo el innecesario y alargado segmento en el que el personaje interpretado por el mismo O'Bannon persigue a un alien mascota que huye de su "jaula", segmento que dura, no exagero, veinte minutos (aunque a veces se alternan otras escenas, el grueso consiste en estas sobrantes desventuras, que tampoco ofrecen valor dramático ni mucho menos desencadenan otros acontecimientos: sólo está ahí para estorbar). A propósito de O'Bannon, estamos hablando del mismo escritor de "Alien", la de Ridley Scott, ¡y ahora recién me entero que es el autor de "The Long Tomorrow", el relato corto en formato cómic dibujado por Moebius! Yo siempre pensé que el belga era el autor total de aquella historia tan sexy y distópica.
Pero bueno, para ir cerrando, "Dark Star" es una interesante película con notables ideas que, sin embargo, queda como un conjunto de cortos con personajes y temáticas en común, y no como un largo cuya propuesta se sostenga de manera coherente a lo largo del metraje. Yo digo que como mediometraje, "Dark Star" habría quedado genial: mucho más conciso, punzante y prolijo. De todas formas pienso que el visionado vale por completo la pena y que hay más cine en "Dark Star" que en productos como "Passengers".

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