miércoles, 16 de marzo de 2016

Written on the wind - 1956


Director: Douglas Sirk

  Segunda parada de seis en total. Lo que Fassbinder escribió respecto a "Written on the wind" es sencillamente sensacional, hasta me da un poco de pudor continuar con esta entrada sabiendo que no estaré a la altura de la suya, pero un compromiso es un compromiso. Vamos por ello...


  Los Hadley son una rica familia dueña de una petrolera, pero la abundancia material no hace felices a ninguno de sus miembros: ni al padre, ni al hijo mayor ni a la hija menor. Tampoco a Rock Hudson, que es como un miembro más de la familia aunque en realidad no pertenezca: no es como ellos. En eso llega Lauren Bacall y el amor que suscita en Hudson y el hijo mayor, interpretado por Robert Stack, terminará por conducir a esta familia a su trágico destino, el que, ciertamente, estaba escrito en el viento.


  Fassbinder parte bien su escrito: comienza haciendo notar que ésta es una historia de una familia inmensamente rica que se puede costear cualquier barbaridad. En primera instancia cualquiera podría ver que "Written on the wind" es una historia sobre la decadencia total de la gente con dinero, quienes decoran sus casas con infinitas flores y antigüedades y demás objetos rutilantes pero que no pueden esconder el vacío de sus corazones ni lo cuestionable de sus actos y principios morales. Ya saben: una simple trama sobre lo despreciable de la clase burguesa, etc. Hasta se podrían trazar ciertos paralelismos con "All that heaven allows", una historia de amor cruzada por las clases sociales y la opulencia como símbolo de valía afectiva (de hecho, Rock Hudson interpreta roles similares: sujetos indiferentes al poder del dinero y el estatus). Pero Sirk no equivoca la mirada y ejecuta la dimensión burguesa del filme en función de sus personajes como entes humanos, no como piezas de un discurso o algo similar. No obstante, no crean que "Written in the wind" no es una película compleja y carente de simbolismos, porque los hay en abundancia, y Sirk demuestra su mano maestra para dejar que cada uno de ellos pase relativamente desapercibido frente a nuestros ojos sin que minimicen a los personajes, al fin y al cabo la materia prima del film. De los símbolos, Fassbinder hace notar la torre petrolífera que sostiene el patriarca de la familia en uno de sus cuadros como un símbolo fálico que para él significa todo lo que tiene, puesto que a sus hijos los ha perdido por completo y lo único que le puede causar cierta satisfacción es su negocio (y para que hablar de esa imagen de la hija sosteniendo el falo, llorando en él: ni siquiera poseerlo podrá protegerla de su vacío emocional y de su soledad). A mí me ha encantado la segunda captura de la masa de capturas de arriba, pues ella demuestra por completo que la película trata, en el fondo (y sin que excluya lo anteriormente observado -por Fassbinder-), de personajes atrapados entre dos fuerzas, de personajes que no pueden estar juntos precisamente por esas dos fuerzas. Rock Hudson está enamorado de Lauren Bacall, pero ella se queda con Robert Stack, que es como el hermano de Hudson; por su parte, Dorothy Malone, la hermana de Stack, está enamorada de Hudson y lo quiere dentro de sí. Como ven, un puñado de personajes infelices y miserables, que puede que lo tengan todo aunque jamás lograrán alcanzar aquello que verdaderamente les hace falta: el amor. Dicha carencia los sume en una desesperación latente y patente, pero siempre notoria para el espectador, quien a pesar de todo no puede condenar a unos personajes de carne y hueso, aunque, al igual que la trama que los sacude constantemente, algo más rimbombantes y excesivos en sus maneras (y me refiero a los hijos esencialmente burgueses, no tanto a Bacall o, especialmente, a Hudson, casi un pilar de la contención y ajeno a las influencias negativas del poder y el dinero). A propósito, me ha encantado la manera en que Sirk ha ejecutado formalmente esta película: jamás rehuyendo esa locura y desenfreno inherente al estilo de vida de sus personajes, por el contrario, creando en todo momento una genial vorágine de sentimientos y perdiciones en las que la cámara y las composiciones hacen gala de un poderío estético brillante. Un poderío que desnuda sin compasión a estos personajes, que por más ornamentos que ostenten no pueden esconder ese núcleo vacío que los consume.
  No señor, "Written on the wind" es genial, sobre todo por ese sano exceso que abunda en el fotograma y cada elemento narratológico del film, ya sean los objetos que vemos o los significados que se nos pueden escapar. Y es que para quienes pueden comprar todo lo que quieran, eventualmente las personas dejarán de ser personas para convertirse en meros objetos inanimados. Fassbinder ha desarrollado mejor esa idea, y si quieren tener el placer de leerlo, pues pueden pinchar acá. Yo, simple y humildemente, les vengo a decir que no se pierdan esta tremenda película sobre personas desesperadas y acorraladas por los caprichos del destino.

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