martes, 15 de septiembre de 2015

Big Wednesday - 1978


Director: John Milius

  Ya estamos a mitad de mes y podemos decir que el surf ha sido uno de los temas recurrentes de septiembre. ¿Es de extrañar que hayamos llegado a "Big Wednesday"? Pues claro que no, era obvio que aparecería por acá. En "Riding giants" de Stacy Peralta, uno de los tantos entrevistados es John Milius, también apasionado surfista que me imagino se basó en sus experiencias y en la de sus amigos para hacer este coming of age de jóvenes surfistas a los que les gustaría surfear sin cesar pero que deben enfrentarse a los embates que la vida lanza mientras crecen y se hacen adultos. Parecía promisoria, apasionante, pero "Big Wednesday" se queda en la pura buena intención, pues una cosa es que te guste el tema y otra muy diferente es crear una historia memorable que se alimente de su mística y, ulteriormente, potencia la misma. Milius no logra sacar a flote su película, y es una lástima, porque yo de verdad quería que me gustase e inspirase.


  Tres amigos de toda la vida que se la pasan surfeando y viviendo la vida loca comienzan a ver que la vida no es fácil cuando llegan los hijos, las guerras, los empleos, las responsabilidades... De esta forma, el surf y la amistad se convierten en sueños cada vez más difíciles de sostener y compartir.


  Siempre he considerado que lo más importante a la hora de hacer una historia es abstraerse de los propios gustos, o mejor dicho, aceptar que la historia en sí es un ente con vida propia que no debe someterse a las tiranías o caprichos de su creador, un ente que necesita respirar y avanzar según sus propios elementos orgánicos independiente de la inquietud o premisa de la que nazca. Es decir, me gusta el surf y haré una película de surf, pero ésta debe defenderse sola durante la narración y no por mí en las entrevistas. No porque te guste el esgrima haces una película sobra alguien que encuentra refugio en el esgrima, no porque hayas trabajando en un bar haces una película de alguien que trabaja en un bar; no porque tengas determinada opinión política haces una película para enrostrar a los demás dicha opinión, que es lo que hace Ken Loach con, por ejemplo, la nefasta "Carla's song", un sencillo y estimable drama romántico alevosamente convertido en una patética crítica política. No porque a Milius le guste el surf significa que su película vaya a ser buena, que vaya a ser bonita e inspiradora, por mucho que filme con bastante melosidad el momento en que cada personaje ve en el surf una diáfana y humana salida momentánea a sus problemas. No es que el surf sobre en la película, tampoco es que quede forzado o impostado (salvo un par de momentos puntuales, como la típica escena de admiración en que el admirado le regala la tabla de surf al admirador, y una música nos demuestra lo noble y bello del gesto), sólo que la trama es débil e insuficiente. Hasta podríamos decir que "Big Wednesday" no es una película de surf, pero en ese caso me enredaría un montón y no quiero deshacerme en explicaciones. "Big Wednesday" es, no obstante y en primer lugar, un coming of age de adolescentes que deben hacerse responsables de sí mismos y sus actos, estructurado en cuatro tiempos esparcidos a lo largo de, si mal no recuerdo, quince años. Primero es la fiesta, luego el paso a la adultez (evitando la guerra de manera muy cómica), luego una reunión, finalmente la última ola juntos de estos tres jóvenes destinados a ser leyendas del surf pero finalmente desterrados a simples hombres que surfean de vez en cuando. Es un poco del sueño versus la realidad, de lo desolador de la derrota de lo primero frente a lo segundo, de lo trágico de no vivir de la pasión, etc.; no dejan de ser premisas que suenan bien en el papel pero que no se expresan como corresponde a través de la imagen. La trama no me parece suficiente por varias razones, primero porque los personajes no están del todo bien construidos (o en su defecto no son realmente profundos, no viven a flor de piel la trágica pasión del surfista) ni tampoco bien interpretados (aparece Gary Busey, miren ustedes); segundo porque los dramas propios de la edad se muestran de manera fugaz en vez de con un tratamiento apropiado a una adversidad vital, lo que resta impacto narrativo y dramático, y a fin de cuentas banaliza la acción; tercero, una suerte de resultado de los dos puntos previos, porque es difícil empatizar con los personajes más allá de que resulten simpaticones; cuarto porque el tono es liviano y simplón, hasta cursi y semi-moralista; y quinto porque realmente no se nos está contando nada, salvo las monótonas alegrías y tristezas de tres amigos y los otros amigos a lo largo de los años, sin mucha personalidad ni emoción ni humanidad. La historia no es creíble ni busca su propia identidad dentro de lo no original que es, el surf es bonito y lo mejor de la película, pero como conjunto "Big Wednesday" es un homenaje que se quedó a menos de mitad de camino. Como digo, una lástima; son dos horas que poco dejan en el espíritu o la mente...
 

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