martes, 19 de mayo de 2015

The town that dreaded sundown - 1976


Director: Charles B. Pierce

  Primero lo primero: sin caer en la pompa ni la fanfarria, pero a tenor de que ayer fue emitido el sexto episodio de la quinta temporada de "Game of Thrones", en mi otro blog, Calamari Attitude -en la parte derecha de esta web, miren-, me permití hilar una serie de predicciones/deseos para lo que queda de temporada y, desde luego, para las futuras. Sólo lo digo para compartir y, de ser posible, para intercambiar impresiones. Volviendo a lo que le interesa a este blog, que son las películas y ocasionalmente algunas series, acá va una cinta que me encontré por sorpresa y que, por lo mismo, me generó el inevitable deseo de mirarla. Las expectativas eran altas aunque no desmedidas, pero finalmente "The town that dreaded sundown" es una película muy regular y normalita -pero con muy buenos elementos narrativos y estéticos-, lo que a la postre hace que la impresión final esté lejos de la satisfacción y la emoción. ¿Esperaba más? Pues claro. ¿Es mala película? Claro que no.


  Texarkana es un pequeño y pacífico pueblo que en los años posteriores a la segunda guerra mundial parece prosperar exponencialmente. Por desgracia, la aparición de un brutal e impredecible asesino en serie llamado the Phantom hará que la pesadilla comience para todos.


  El director, Charles B. Pierce, se basa en los hechos reales ocurridos el año 1946 en el pueblo mencionado, en los cuales este asesino desconocido atacó y mató determinada cantidad de gente para luego desaparecer, así sin más, tan repentinamente como llegó. En base a dichos acontecimientos y la confusa impresión que dejó en la gente, el director lo único que hace es un simple repaso a los hechos, una crónica filmada a modo de ficción, pero sin que se logre vislumbrar una visión sobre todo el asunto: la narración es estéril, cansina y carente de fuerza dramática o siquiera de un norte argumental. Más allá de la aparición de este asesino serial y la llegada de agentes de la ley supuestamente expertos, dos fuerzas contrapuestas y antagónicas que se supone deberían darle algo de intensidad al "relato", no hay un verdadero conflicto que enriquezca el visionado de la película: la acción se desarrolla a ciegas, a la par que la investigación -algunos podrán deslumbrarse ante la coherencia entre ambos aspectos, aunque no creo que sea el caso ya que pienso que se debe al poco tino y pulso del director y no a una decisión narrativa-, y sin atreverse a salir de la ruta de lo real o "alterar" los hechos en pos de una reconstrucción más atractiva como, por ejemplo, la que Fincher hizo de "Zodiac", la cual comparte no pocas similitudes con la cinta de esta entrada. Pierce pretende filmar todo desde la supuesta verosimilitud de la objetividad cuasi científica, poniendo en pantalla datos y hechos pero sin otorgarles a cada uno un sentido o significado real, ya sea desde el presente en que se hizo la película o con respecto al pasado en el que todo se inspira. Tampoco se aprovechan las posibilidades expresivas del lenguaje cinematográfico, y con eso sería suficiente decir, pero diré otra cosa: está bien tomar hechos reales para hacer una película, y no es nada malo pretender traspasar todo de manera fidedigna, pero hay que ser capaz de elevar todo a algo artístico y no meramente informativo o investigativo. Si estamos viendo una película, dios mío...
  Con todo, debo decir que Pierce tiene una curiosa capacidad para crear imágenes llenas de normalidad pero extrañamente inquietantes, como si debajo de esa apariencia tranquila se escondiera la maldad de the Phantom. Tiene que ver con la sensación de extrañeza que deja el que un sujeto mate de la nada y desaparezca de la nada, pero la cosa queda hasta ahí, hasta la composición de la imagen; a la hora de generar una atmósfera perpetua y malsana, pues nos vamos quedando cojos... No obstante, y sin decir que sea un gran creador de imágenes, hay que concederle a Pierce que sabe cómo ejecutar no pocas escenas de modo que se aproveche más la feble sensación de peligro que el vano y contraproducente exceso visual, siendo prueba de ello los ataques del asesino, estéticamente contenidos y secos, pero por lo mismo salvajes y contundentes; más aún, de la mirada de the Phantom brota una inconmensurable furia que de verdad es capaz de aterrar. Entonces, ¿lo mejor de la película? El asesino y las escenas de asesinato, siempre crudas y sin artificios ni concesiones; ¿lo medianamente destacable? Esa regular atmósfera capaz de transmitir ese interesante halo de misterio y mal augurio, como si la presencia del asesino estuviera en cada fotograma, acechando y presto para matar; ¿lo peor? Que la narración es débil, que más allá de la interesante pero insuficiente dirección de Pierce la atmósfera invita al sopor cuando no hay furia en la pantalla, y que no hay un verdadero punto de vista que potencie una narración que ya se dijo no es capaz de relatar con efectividad un cúmulo de datos ni tampoco expresar cosas a través de la imagen. Además, no entiendo lo forzado, caprichoso y poco creíble del final, sobre todo del origen del mismo; simplemente diré que no creo en milagros argumentales. Por si fuera necesario decirlo, tampoco estamos ante un slasher propiamente tal, así que no esperen algo parecido a "Halloween", por ejemplo -aunque me parece que esta película sirve de referente para varios directores famosos del slasher-.
  En conclusión, "The town that dreaded sundown" es una crónica de hechos "contada" sin alma ni mirada, simplemente con la intención de copiar información, pegarla en el celuloide y exhibirla como una película de terror, más cuña propagandística que apropiada definición de la película, un fallido intento de unión entre lo documental y lo ficticio. Quizás también sea una intención mostrar cómo es que reacciona el pueblo y la atemorizada gente, pero tampoco es suficiente, pues Pierce no alcanza a profundizar en ningún aspecto -ni en el asesino, ni en sus perseguidores, ni en el pueblo como un personaje más-. Empero, la impasibilidad es la sensación predominante a lo largo del visionado -con las mencionadas excepciones de los asesinatos, perpetrados por un tipo cuya ira sí que atemoriza y le inyecta sensaciones al fotograma-, y es una lástima pues la premisa es más que interesante y los primeros minutos eran bastante prometedores. Ahora lo único que queda es ver, mejor dicho comentar, la secuela hecha el año pasado, la cual sí que es buena película por sí sola y, obviamente, en comparación. Hasta entonces...

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