martes, 20 de enero de 2015

Finding Vivian Meier - 2013


Directores: John Maloof & Charlie Siskel

   Como diría el buen Till Lindemann: ich bin enttäuscht, total enttäuscht... Aunque yo les hablo de los premios oscar de este año, más incestuosos que nunca y sin la más mínima intención de esconder el hecho de que el arte no les interesa nada de nada como el billete que llena sus bolsillos -aunque las más nominadas generen la ilusión de que saben algo de "arte"... bien jugado, academia (¿?)-. Con más razón que nunca este año no haré esfuerzo alguno en ver las nominadas a mejor película -deberían considerar seriamente cambiar el nombre de la categoría-, aunque alguna haya caído por acá y quizás otras lo hagan a futuro, y en vez de eso intentaré enfocarme en las otras nominaciones importantes para mí: mejor documental y mejor película extranjera. En cuanto a la primera categoría, creo que por el momento me quedaré con el documental que les comento ahora pues es el único que encontré; y hablando de manera específica sobre "Finding Vivian Meier", me parece uno muy simpático, de ameno visionado y correcta -por no decir simplona pero efectiva- realización. El asunto es que como documental no me parece la gran cosa, y me siento decepcionado.


  John Maloof un buen día se encontró con un montón de negativos de una autora llamada Vivian Meier. Una vez impresas, Maloof vio que la calidad de las fotos era tan buena que decidió investigar quién fue esta mujer, por qué tomaba esas fotos y, más importante aún, por qué no se hizo conocida cuando su calidad artística, visto el material, es indudable. Como señala el título, descubriendo a Vivian Meier... que era niñera, algo llamativo para el director y la prensa que cubrió el descubrimiento de esta artista.


  No sé ustedes pero para mí hay una clara diferencia entre una buena historia y/o buen personaje y un buen documental. Ambas posibilidades no van siempre de la mano, y no es difícil notar esa dicotomía en el caso de este documental. Por un lado, tenemos la fascinante y elusiva figura de Vivian Meier, la niñera-fotógrafa cuya vida genera un auténtico halo de misterio, por lo demás, muy sano para el desarrollo del documental. Parece obvio decir que ella es lo mejor de esta cinta, pero es necesario hacerlo, sobre todo porque su sola figura es la que le da de comer a Maloof y no es éste el que construye algo más profundo en torno a ella -aunque tenía bastante material para hacerlo, irónicamente, en la falta de datos-.
Por el otro lado tenemos a Maloof y Siskel, los directores que debutan en el documental -y en el cine, dato importante para comprender la calidad de la cinta-, quienes desarrollan su obra de la manera más convencional y superficial posible. Para darse cuenta de ello sólo basta ver algunas muletillas audiovisuales que denotan la falta de sentido cinematográfico o artístico: el inicio mismo es una prueba fehaciente, con ese manido recurso de agrupar mediante el montaje los rostros de los entrevistados, bajo una musiquita simpaticona, para que de a poco comiencen a lanzar adjetivos que describan vagamente a Vivian... ¿Quién no ha hecho eso a estas alturas? ¿Quieres ser un documental diferente para retratar a una persona indudablemente diferente? Está claro que no se logra: el "lenguaje" no se condice con el intrépido espíritu de esta solitaria. Las inquietudes de Meier -su sentido del encuadre, de las sombras, de lo fotografiado en sí- son demasiado grandes en comparación con la pobre "sensibilidad" documental desplegada por Maloof y Siskel, pulcra pero carente de identidad. Imperdonable, cuanto menos, el que no se le haga justicia.
  Dicho esto y sin nunca olvidar la falta de cinematografía, debo decir que el documental es correcto y efectivo, debiendo su solvencia a la rigurosidad de Maloof a la hora de investigar, rigurosidad que nace de un interés que se logra contagiar al espectador -aunque vuelvo a insistir que esto es más mérito de Meier-. Eso lleva al tipo a encontrar una infinidad de datos y objetos que generan la ilusión de que estamos encontrando a Vivian, comprendiendo a la persona. Y digo ilusión porque Maloof, aunque haga intentos de adentrarse en la mente y alma de Meier, sólo se contenta con saber datos duros de su vida, como dónde nació, creció, etc., sin siquiera llegar a la interpretación. A lo más los entrevistados son quienes dan algunos detalles que permiten vislumbrar de cierta manera el tipo de persona que Meier era, declaraciones que por momentos hacen que el documental adquiera un cariz oscuro y  desolador -lo más interesante, lo que más nos acerca a conocer a la persona-, pero de parte de Maloof hay poca y nula intención de ir más allá de las fotos y los datos mostrados someramente. Y no me digan que el tipo apuesta por la objetividad del realizador, pues se le nota la vena admiradora de inmediato -aunque no hay nada de malo en ello per sé-.


  Igual puede que me queje demasiado de algo que se justifica en el mismo título del documental, el cual describe un proceso, la búsqueda, el hallazgo de respuestas en torno a una figura misteriosa. Un "Entendiendo a Vivian Meier" habría sido mejor, sin duda, aunque a decir verdad Maloof cumple su propósito: dar a conocer la obra de esta mujer. Muy noble de su parte, y se lo agradezco: Vivian Meier es una auténtica fotógrafa con un ojo artístico de lujo.
  Con todo, no deja de ser un documental superficial que no pasa de lo anecdótico y, peor aún, con un director cuya autocomplacencia llega a ser irritante: "YO encontré los negativos, YO tengo muy buen ojo para encontrar las cosas importantes, YO soy un sujeto muy curioso, YO soy muy obsesivo y por eso YO me puse a investigar, YO puse a Vivian en el mapa, YO logré exhibir su obra, YO necesito saber quién era Vivian Meier"... Le hace un flaco favor al documental, le resta honestidad. Pero vuelvo a lo mismo: el desarrollo -con un guión/montaje bastante convincente- se condice con el título, así que todo esto no pasa de ser una especie de berrinche de mi parte... aunque no está mal pedir un poco más de calidad a un documental que quiere retratar -aunque no lo logre- a un personaje tan talentoso e intrigante como Vivian Meier. Vamos, ni siquiera hay un análisis del trabajo fotográfico de esta mujer, y las escasas veces en que Vivian es el centro exclusivo del relato, sus imágenes son descritas por Maloof mediante SU palabra. Ni siquiera se permite que las imágenes tomadas por Meier transmitan el sentido que ella alguna vez vio: es una lástima ver cómo se restringe el valor de esas fotografías. Y yo pregunto, ¿para qué está el montaje? Está claro que varias fotografías ordenadas con determinada intención podrían decir mucho más que las vacuas y egocéntricas palabras de Maloof... a propósito, sobra decir que el visionado se hace más agradable cuando éste se hace a un lado -muy a su pesar, supongo- y deja de estorbar con su innecesaria presencia.


  De todas formas, este documental bienintencionado, correcto y efectivo, tiene una historia realmente interesante y llena de matices... desgraciadamente inexplorados. Es raro, el visionado es ameno y la sensación final es agradable y todo, pero me siento muy disconforme porque se podía haber hecho algo mejor. Muchísimo mejor... Es una lástima que Maloof se contentara con demostrar que él fue quien rescató del olvido a Vivian y no quiera, por más que lo diga -"YO, YO, YO..."-, comprender a esta fotógrafa. Por suerte siempre tendremos las fotos que tomó, hermosas imágenes que hablan de ella más que este inocuo documental. Y cómo no, si en cierta forma era ella misma capturando sus deseos e intereses con su cámara. Qué mejor que la obra de un artista para conocerlo mejor.
  Para que gocen e intenten adentrarse en el universo artístico de esta mujer, acá está el blog en el que Maloof fue subiendo sus fotos, y acá está la página oficial. Les dejo el trabajo a ustedes.

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