miércoles, 11 de junio de 2014

The Underneath - 1995


Director: Steven Soderbergh

  Todos conocemos al Soderbergh de hoy, alternando dignamente entre el cine hollywoodense e independiente, dejando películas muy buenas en cada "bando". Nada más vean las que ha hecho durante los últimos seis años. También conocemos al Soderbergh de sus inicios, cuando con su opera prima, 'Sex, lies and videotape', ganaba la palma de oro en Cannes, uno de los mejores festivales de cine que existen -si es que no es el mejor-. Pero me da la impresión de que no mucho se conoce del Soderbergh que sigue inmediatamente a su opera prima, años en los cuales hizo películas como 'Kafka', 'King of the Hill', 'Schizopolis', o la de hoy, 'The Underneath'. En una filmografía numerosa siempre hay probables joyas escondidas que encontrar, pero en la de Soderbergh parecen acumularse entre el '91-'96. Algunos podrán decir que estas películas mencionadas deben ser "malas por ser las menos conocidas" -qué argumento de mierda-, pero yo al menos estoy bastante interesado en esta etapa para descubrir si, efectivamente, hay joyas escondidas.


  Muchos años han pasado desde que Michael Chambers dejó su ciudad natal para partir a un destino incierto. Esos años errantes han llegado a su fin cuando la madre de Michael se casa de nuevo y el buen hijo regresa para acompañarla en tan importante y solemne ceremonia. Y, naturalmente, el retorno de este auto-exiliado hombre provoca reencuentros que son los que, finalmente, van desarrollando la trama de la película ¿Cuál es esa trama? A decir verdad, no me gusta contar mucho los treinta-cuarenta primeros minutos de las películas, así que mejor dejémoslo en que el tipo vuelve y se encuentra con bastante y variada clase de personas, algunas de ellas con las que se mete en problemas, otras con las que estrecha lazos, y otras que ni siquiera llega a conocer.


  Esta película estaba en espera porque los subtítulos no aparecían, hasta que finalmente aparecieron hace su buen par de días. Pequeñas y agradables sorpresas que te entrega la vida, sorpresas que te permiten ver películas más o menos tranquilo, a la espera de que nuevas sorpresas hagan que un meteorito caiga en la universidad y hayan vacaciones infinitas. Como sea, aparecieron los subtítulos, y me puse a ver y disfrutar esta película, porque de verdad que la disfruté. Y bastante.
No es que sea lo mejor de lo mejor o la crème de la crème, y realmente no sabría decir si es una joya en su acepción cinematográfica -jerga utilizada mayormente por la "crítica especializada", jerga que a veces entiendo y a veces no-, pero como conjunto me parece una película notablemente lograda, ya sea por lo estimulante y deslumbrante de su altamente estilizada estética, o por el firme pulso narrativo con el que se cuenta el relato. Hay una pequeña situación que me temo voy a reprochar, pero eso no quita para nada que "The Underneath" sea un thriller de suspenso sumamente interesante y atrayente desde el inicio hasta el final, o al menos hasta la resolución. Pero de que es efectivo lo es: entretiene, interesa, y te mantiene atento durante todo el metraje.


  Comencemos por lo que todo buen thriller de suspenso debe tener: un buen argumento, y cuán bien es narrado este argumento. Con respecto a lo primero, no hay mucho que adelantar sin tener que revelar detalles que suceden con el metraje mas o menos avanzado, y yo prefiero no hacerlo. Con decir que el protagonista vuelve luego de largos años es suficiente, pues uno se imagina que se fue por algo un poco turbio, y que mucha gente le debe guardar algo de rencor. Y es más o menos así el retorno del protagonista: vuelve y vemos a su madre, a su hermano, a su ex-novia, todos ellos con determinada actitud hacia Chambers, actitud que va develando un poco las actividades pasadas del hombre. También vemos personajes que son nuevos para el protagonista, y que podrían ser fuente de problemas. Nunca se sabe. Lo interesante es que se mantiene así por varios minutos, con un protagonista que se reencuentra con personas y conoce nuevas sin establecer un conflicto claro -solo vagos, pequeños indicios, como cuando aparece Tommy, el actual novio de la ex de Chambers, Rachel-. Le dan trabajo, pero el conflicto no va por ahí; son conexiones que sabemos se usarán más adelante en la historia -como Tommy, por ejemplo-, pero no es lo que desata el conflicto, lo que en teoría -algo que usualmente se enseña en las escuelas como dogmas- atrae inicialmente en una película. No hay un conflicto inicial dentro de los primeros minutos, salvo futuras conexiones probablemente conflictivas, pero conflicto inicial propiamente tal, no. Y no es nada malo, al menos en este caso, porque, ya sea acierto del guión o luego del montaje -que puede mejorar estructuras anodinas y débiles-, el relato en general se nos cuenta a través de tres espacios temporales ordenados de una manera tal que, sin tener un conflicto delimitado por largos pasajes, atrae sin ningún problema al espectador: (i) el principal, que comienza cuando Chambers vuelve a la casa paterna para la boda de su madre; (ii) la del pasado del protagonista y el porqué se fue de su ciudad; (iii) y la más importante para establecer interés dramático: la de un tiempo indeterminado -con el metraje queda claro si es pasado o futuro- durante el cual parece transcurrir algo a todas luces nada legal, y que tiene a nuestro Chambers metido entre medio.

Cada línea temporal tiene su gracia y su función. De la primera ya anoté un par de cuestiones -como que construye relaciones y va llegando al conflicto anticipado-, la segunda sirve para aclarar el motivo de Chambers para abandonar todo -información útil pero no crucial ni especialmente decisiva-, y la tercera -la película comienza con una secuencia de esta línea temporal, que transcurre a cierta hora, y cada vez que volvemos a esta línea dicha hora va aumentando, generando más incertidumbre y expectación sobre lo que viene- nos mete en el conflicto. Lo interesante es que ese conflicto todavía no es demasiado claro, pero establece preguntas que sirven para imaginárselo -además de dejar claro tempranamente que algo va a pasar- ¿Cómo llegó Chambers ahí? ¿Cuál es su rol? ¿Sabe lo que está ocurriendo? ¿Lo sabemos nosotros? Lo que sí sabemos es que entre las tres líneas temporales iremos aclarando el panorama y, eventualmente, vamos a llegar a la resolución. La estructura funciona y te sumerge en esta historia que, sin ser de misterio, sí parece serlo, pues la información y todo el montaje está tan cuidado que se genera el suspenso necesario para que las cosas no queden claras tan fácilmente y, al contrario, descubramos poco a poco qué es lo que realmente pasa. Si les diera una sinopsis normal, probablemente les arruinaría la tercera línea temporal completa, que adquiere sentido gracias a la central -que se toma su tiempo, unos cincuenta minutos, en explicarla-.


  Pero para el suspense también es imperativo contar con una atmósfera apropiada, aspecto que Soderbergh logra notablemente. Como anoté, más que de misterio lo que esta película tiene es suspenso, porque la envolvente, inmersiva, absorvente atmósfera genera un aura de que constantemente algo va a pasar, que vamos a saber algo explosivo, pero quedamos suspendidos en el aire sin saber a qué aferrarnos o donde poner pie. La trama es sencilla, pero está ordenada y filmada de tal manera que pareciera ser algo mucho más grande y complejo de lo que realmente es, lo cual es un gran mérito: hacer de una historia simple algo más elaborado.
Además, visualmente, todo es tan suave y cuidado que, al menos a mi, contribuye a generar ese aura de no saber qué sigue después. Los movimientos de cámara son geniales, las imágenes azuladas -y las rojizas y verdosas, incluso las normales- son deslumbrantes, la banda sonora -a cargo del confiable Cliff Martinez- es ideal y alucinante, las composiciones son fantásticas -el uso del plano holandés me gusta bastante en este caso, así como las líneas que se forman en la imagen-, etc..., dando como resultado una espectacular y estilizada estética.
De todas formas, no sólo estamos ante una buena banda sonora, buena fotografía y buen uso de cámaras, sino que la potente atmósfera deja momentos con un magnetismo genial. Si una situación determinada de por sí -tomando en cuenta la historia y el alcance de dicha situación- es atrapante, al tener una banda sonora determinada, un color de imagen determinado, un movimiento de cámara determinado, junto con una composición determinada, logra como conjunto que uno sienta que no hay mejor escena que esa. Sin darme cuenta me acercaba más a la pantalla porque el momento era tan genial que casi se sentía el calor entre los personajes. Soderbergh lo logra continuamente. Visualmente no hay nada en contra que decir, a mi me encantó como luce esta película.


  El único reproche -se me ocurrió otro recién, lo menciono luego- vendría siendo su final-final. La resolución de la trama que precede el final me parece correcta; ni tan original ni sorprendente como hubiera deseado, sí hay que señalar que funciona, satisface, y tiene su tensión y ejecución adecuada -elementos no tan espectaculares, pero dentro de lo correcto a nivel narrativo, también lo es a nivel estético-. Pero el final-final lo encontré innecesario, y por final-final me refiero sólo a ese último par de planos agregados; entiendo que la película forme parte de un género, que sea neo-noir -está basado en el libro Criss Cross, también adaptado por Robert Siodmak en los cuarenta-, que deben haber giros inesperados, pero el del final de este filme es muy rebuscado y su inclusión es incomprensible: la película terminaba bien, pero ese giro se siente muy forzado y sin nada que aportar, lo que termina siendo una jugada contraproducente. Quizás sólo esté ahí para "sorprender" o epatar, pero a decir verdad saca un poco de lugar y agrega niveles de información que no es necesario tener; dicho giro final le hace un flaco favor al cierre entero.
El otro reproche sería la linea argumental del pasado de Chambers, el que revela el porqué se fue. Me gusta, entrega información útil, pero la conclusión de esta línea parece ser muy simple. Igualmente funciona -todo funciona en esta película, salvo el giro final-, pero no fue tan terrible como parecía serlo al inicio. Fue tranquilo, algo que realmente no esperaba. Pero pensando a nivel general, está bien colocado y concluido.

Pero a pesar de todo, 'The Underneath' es una película bien escrita -tiene un guión redondo y sólido-, bien resuelta y bien ejecutada, "adornada" -la palabra sola puede sonar peyorativa- con una estética alucinante y deslumbrante -que demuestra la seguridad con que Soderbergh dirige-. Es un efectivo y cumplidor thriller de suspenso que me ha mantenido entretenido e interesado todo el metraje, que molesta un poco con su giro final, pero que no quita en lo más mínimo la satisfacción de haber visto una película tan buena como esta. No sabría si decir que es lo mejor de Soderbergh -'The Limey' me gustó aún más-, pero está muy bien. Como conjunto es notable, su atmósfera engancha sin problemas.
De bajo perfil, estos años de Soderbergh deberían ser más vistos, me atrevo a adelantar que varias de esas películas se alzarán como pequeños tesoros ensombrecidos por las películas más populares -y recientes- que ha hecho este realizador estadounidense. Polifuncional y activo -esta última característica parece tener fecha límite, hay que ver como sale eso-, Soderbergh no decepciona con 'The Underneath'. La recomiendo.

Lluvia de estilizadas capturas

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